lunes, 19 de enero de 2015

Charlie Hebdo, odio en marcha

Articulo estraido de https://elacratador.noblezabaturra.org/2015/01/08/negras-ironias/

Poco hay que añadir sobre lo ocur­rido el pasado miér­coles 7 de enero en París, con el asesinato de 12 per­sonas por alguien lo bas­tante imbé­cil como para creer a pies jun­til­las en las pal­abras de un líder político de hace 15 sig­los, auto­procla­mado pro­feta, e impon­er­las a san­gre y fuego. Al fin y al cabo el fanatismo reli­gioso no es sino una forma suprema de idiotez moral en la que la capaci­dad de empatía queda anu­lada. Una suerte de psicó­pata pero mucho más tonto y manejable.

Lo suce­dido es mucho más que el daño hecho a la lib­er­tad de expre­sión, sig­nifi­cada en la pub­li­cación Char­lie Hebdo,  que, casu­al­i­dades de la vida, nació de la que fue en sus orí­genes revista ácrata Hara-Kiri.  Tras la masacre no falta quien intente sacar par­tido a su dis­curso del odio desde el fas­cismo de siem­pre frente a las nuevas y ter­ri­bles doc­tri­nas que vienen del mundo musul­mán. Un yihadismo que se nutre de la población mar­ginal de las bar­ri­adas france­sas, británi­cas o españolas.
Porque tam­bién hay que situar el yihadismo en su con­texto europeo. Es el fruto surgido de las políti­cas neolib­erales que han creado barrios-gueto en el extrar­ra­dio de las grandes ciu­dades. Un rema­nente de población de ori­gen may­or­mente magrebí que busca nuevos ref­er­entes cul­tur­ales en una real­i­dad que les es total­mente ajena. Muchos de los yihadis­tas de ahora son nietos de mar­ro­quíes, tur­cos o argeli­nos que solo pisan países musul­manes de vaca­ciones y usan más el francés o alemán que el árabe o turco como lengua propia. Pero siguen siendo vis­tos como extran­jeros, cuando no ene­mi­gos, por una parte de la población que ali­menta peli­grosos dis­cur­sos xenófobos.
Tam­poco son aje­nas a esta real­i­dad las cat­a­stró­fi­cas actua­ciones occi­den­tales en Ori­ente Medio. Desde la desas­trosa Guerra de Irak se ha agi­tado un inmenso avis­pero que ha ido encon­trando ecos desde Mar­rue­cos a Pak­istán. Sin olvi­dar espe­cial­mente el drama sirio, donde se ha alen­tado y armado hasta los dientes a los mis­mos asesinos que ahora actúan en París. Antes les llam­a­ban rebeldes, ahora mues­tran su ver­dadera cara.
Tam­poco estaría de más, en momen­tos tan dramáti­cos, recor­dar que en nue­stro pro­pio estado muchos peri­odis­tas puede que estén der­ra­mando lágri­mas de coco­drilo. Aque­l­los que nor­mal­izan que se cen­sure una por­tada de el Jueves, que no dijeron ni pío cuando se cer­raron los per­iódi­cos vas­cos Egin y Egunkaria o que dan pábilo a las ideas más ultras sin despeinarse.
Y nos pre­ocupa espe­cial­mente pen­sar que este tema puede que no haya hecho sino empezar. Por un lado porque hay que ser con­sciente de que existe  una man­zana podrida den­tro de la población musul­mana euro­pea que además es capaz de todo sin la menor com­pasión y no les fal­tan com­parsas que les jaleen.
Por otro están todos los fascis­tas agaza­pa­dos que han encon­trado el chivo expi­a­to­rio per­fecto para exhibir impune­mente su dis­curso del odio.
Los asesina­dos inocentes muer­tos se quedan. Sus famil­ias y ami­gos destroza­dos. Los musul­manes hon­ra­dos que no aprue­ban esta bar­bari­dad macha­ca­dos tanto por sus sec­tores más fanáti­cos como por los mis­mos fachas de siem­pre que ya van sin careta… Todo un panorama abierto y muchas incóg­ni­tas pen­di­entes, como la que  nos plantea si esto solo será un comienzo de algo que puede ir a mucho peor.
Por si queda alguna duda: Nous sommes Char­lie aussi!

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